Los recortes son ampliamente vistos como un golpe político al presidente Biden antes de un duro invierno y un mes antes de las elecciones de mitad de período.
En respuesta a los recortes, Biden dijo que revisaría la relación de Estados Unidos con Arabia Saudita y que habría «consecuencias» para el reino, uno de los 13 estados miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Al cártel del petróleo se unieron 10 países socios, incluida Rusia, para formar la OPEP Plus. Un portavoz de la Casa Blanca dijo que Biden también está abierto a las propuestas hechas por un grupo de legisladores estadounidenses que sancionarían a Arabia Saudita, incluso limitando la cooperación en seguridad y la venta de armas.
La Casa Blanca estaba presionando a Arabia Saudita para que produjera más petróleo para compensar la escasez mundial y aumentar los precios causados por la invasión rusa de Ucrania. Biden visitó Arabia Saudita en julio y se reunió con el príncipe heredero Mohammed bin Salman, el líder diario del país, ignorando las críticas de los activistas de derechos humanos que dijeron que tal reunión recompensaría al príncipe heredero por sus tácticas represivas, incluida la de la inteligencia estadounidense. Dijo que estuvo involucrado en el asesinato en 2018 del periodista saudita Jamal Khashoggi.
Los asistentes de Biden enfatizaron que el propósito del viaje era mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita, no para garantizar que el reino continuara produciendo petróleo a un cierto nivel. Muhammad negó haber ordenado el asesinato de Khashoggi.
El comunicado saudí del jueves indicó que la administración de Biden había pedido al reino que pospusiera la decisión de recortar los precios del petróleo durante un mes, lo que habría retrasado las repercusiones de los recortes hasta después de las elecciones de mitad de período en Estados Unidos. Tal retraso «habría tenido consecuencias económicas negativas», dijo el comunicado.
El comunicado negó que Arabia Saudita fuera el único responsable de la decisión de reducir la producción de petróleo y dijo que estas medidas se basaron en el «consenso».
“Estos resultados se basan únicamente en consideraciones económicas que tienen en cuenta mantener el equilibrio de oferta y demanda en los mercados petroleros, así como apuntar a reducir las fluctuaciones que no sirven a los intereses de los consumidores y productores”, agregó.
Los saudíes también respondieron a las críticas de que la decisión de reducir la producción equivalía a ponerse del lado de Rusia en su guerra en Ucrania.
“Cualquier intento de distorsionar los hechos sobre la posición del Reino sobre la crisis en Ucrania es desafortunado y no cambiará la posición de principios del Reino”, dijo el comunicado.
Sarah Dadouch en Beirut contribuyó a este despacho.
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