“Con respecto al ataque a Salman Rushdie, no estamos considerando a nadie más [Rushdie] Y sus partidarios merecen la culpa e incluso la condena», dijo el lunes el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Nasser Khanani, en una conferencia de prensa televisada, marcando la primera reacción pública del país al incidente.
“Aparte de lo que hemos visto de los medios estadounidenses, no hemos visto nada sobre la persona que cometió este acto. Negamos categórica y enérgicamente cualquier conexión del atacante con Irán”, dijo Khanani, según los medios estatales iraníes.
Rushdie, un escritor británico nacido en la India, recibió décadas de amenazas de muerte después de que Irán emitiera una fatwa, o edicto religioso, tras la publicación de su libro «Los versos satánicos» en 1988. Pasó casi una década bajo protección británica antes de mudarse a Estados Unidos en los últimos años y fue apuñalado repetidamente durante un ataque en un escenario en el oeste de Nueva York el viernes.
Aunque Irán no comentó oficialmente sobre el ataque durante el fin de semana, varios periódicos iraníes de línea dura elogiaron al sospechoso el sábado, incluido el periódico conservador Kayhan, cuyo editor en jefe es el líder supremo Ali Khamenei.
«Mil bravos, cien Dios los bendiga. Besen su mano… Bravo por el guerrero y el hombre obediente que atacó al traidor y malvado Salman Rushdie. Besen la mano del guerrero. Le desgarró la vena yugular a Rushdie», decía el periódico.
Otro periódico de línea dura, Khorasan, publicó una foto de Rushdie en una camilla con el título «El diablo en el camino al infierno».
El lanzamiento de «The Satanic Verses» en 1988 lo convirtió en un nombre familiar y le dio fama. El líder iraní, el ayatolá Ruhollah Khomeini, emitió una fatwa en su contra un año después.
La recompensa contra Rushdie nunca se levantó, aunque en 1998 el gobierno iraní trató de distanciarse de la fatua prometiendo no buscar su cumplimiento.
Pero en febrero de 2017, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, reafirmó el mandato religioso.
Y en 2019, Jamenei tuiteó que la fatua de Jomeini contra Rushdie era «firme e irrevocable», lo que llevó a Twitter a restringir su cuenta.
Lauren Said-Moorhouse de CNN contribuyó a este informe.
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